El método científico tradicional, basado en el análisis, y la búsqueda
de información completa sobre un fenómeno es incapaz de tratar con
estas interacciones complejas. Es aquí donde nace la ciencia de la
complejidad, con la voluntad de dar una metodología alternativa capaz de
afrontar estos problemas. Una función básica de la filosofía
es hacer notorias las asunciones implícitas detrás de nuestro
pensamiento. La nueva ciencia de la complejidad implica un giro a muchas
ideas que los científicos occidentales habían asumido y que provienen
de un método científico tradicional heredado de Newton. Hasta el inicio del siglo XX, el mecanismo clásico (formulado primero por Newton y desarrollado por Laplace) ha sido considerado como el fundamento de la ciencia. Muchas ciencias como la biología, la psicología y la economía han adoptado plenamente esta metodología científica, hasta tal punto que mucha gente hoy aún identifica "pensamiento científico" con "pensamiento newtoniano". Y es que la ciencia newtoniana presenta muchas ventajas. Es simple, coherente y da una visión del mundo aparentemente compleja. Además, ha tenido mucho éxito en sus aplicaciones. La lógica que hay detrás de la ciencia
newtoniana es la que definimos con el nombre de reduccionismo o
análisis. Ésta lógica dice que para entender cualquier fenómeno
simplemente hace falta descomponerlo en partes más pequeñas. Si estas
partes no son suficientemente pequeñas, se tiene que volver a repetir el
proceso para conseguir elementos aún más pequeños.
Ahora vamos a introducir la filosofía newtoniana de una manera más sistemática y profunda. La epistemología newtoniana está fundamentada en la idea que nuestro conocimiento es un reflejo imperfecto del mundo exterior (o, lo que es lo mismo, de la materia dispuesta de una manera concreta fuera de nosotros). Por lo tanto, el objetivo de la ciencia es ir haciendo cada vez más cercanos los conceptos mentales a los elementos externos, hasta que algún día podamos tener una representación mental objetiva del mundo, gracias a la observación. Esto puede resumirse con el principio de causalidad.
Este principio nos dice que "una misma causa c tendrá siempre un mismo
efecto e" y viceversa. Esta visión nos lleva a ver el mundo como un
conjunto de trayectorias de causas y efectos, en que dos trayectorias no
pueden cruzarse nunca. De ahí el nombre del principio de "conservación
de distinción", que quiere decir que una trayectoria de causas y efectos
mantiene siempre su distinción en relación a (es diferente a) otra
trayectoria, ya que, de lo contrario, se contradiría el principio que
dice que dos causas diferentes dan lugar a efectos diferentes y
viceversa.
La manera de hacer ciencia heredada de Newton, pero, presenta distintos
problemas. Por ejemplo, no es capaz de explicar la gran mayoría de
cosas que nos rodean. La ciencia clásica ha evitado los fenómenos
complejos, o los ha simplificado, dando lugar a explicaciones poco
realistas. La nueva visión compleja del mundo rompe con gran
parte de estos principios, así como introduce algunos de nuevos.
Veámoslo punto por punto. Hemos dicho que la ontología newtoniana postula que todo lo que existe son objetos materiales (materialismo) que responden a leyes naturales deterministas. No obstante, parece ser que lo que hace que percibamos las cosas (o sistemas15) como tales es su estructura16, más que el material de que están hechos. Por otro lado, puesto que no existe el conocimiento
objetivo e independiente del observador, el conocimiento del mundo es
indeterminado. A lo que determinismo se refiere, se nos presenta un
problema cuando queremos incluir la mente humana dentro de la visión
conjunta del mundo, ya que nuestra noción intuitiva de libre albedrío no
es compatible con el principio de determinismo. Esta contradicción fue
resuelta por los clásicos postulando el dualismo. Por eso también
presenta una contradicción: no podemos imaginar como puede una mente
actuar libremente sobre el mundo determinista sin afectarlo. (Página en construcción) |